sábado, 27 de febrero de 2010

Libro del mes(marzo 2010). Guía políticamente incorrecta de la civilización occidental.



Este libro ha sido escrito por dos autores: Anthony Esolen, catedrático de Literatura en el Providence College y editor de la revista Touchstone. Es uno de los profesores que dirigen el Centro para el desarrollo de la civilización occidental del Providence College.
El otro autor es José Javier Esparza, periodista que dirige el programa "La Estrella polar" en la cadena Cope. Ha publicado, entre otros, los ensayos "Curso general de disidencia" "El dolor y la muerte", "El final de los tiempos........
El libro expone todo lo que es necesario saber sobre la tradición occidental, pero que el pensamiento políticamente correcto intenta ocultar. Veamos el prólogo:
"El cristianismo, el judaísmo, la tradición occidental, la moral, la familia o, en definitiva, la tradición, son las bestias negras de nuestros tiempos, los anatemas de las élites. Son ideas que hoy se han convertido, lamentablemente, en los pilares de lo políticamente incorrecto. En su conjunto constituyen la «civilización occidental».
Lo políticamente correcto, en su esencia, es el intento por disolver los fundamentos sobre los que la cultura occidental fue construida. Es un proyecto. de demolición: socavar la convalezcan occidental para construir sobre sus ruinas un «mundo feliz».
El multiculturalismo no tiene nada que ver con el amor sincero por otras culturas, como los musulmanes, los aborígenes australianos o los monjes del Tíbet, sino que es un esfuerzo por ir eliminando nuestras propias tradiciones culturales. La secularización radical -en nombre de la «separación de Iglesia y Estados- tiene como meta incinerar nuestras raíces religiosas. La educación estatal busca robarnos nuestra herencia cultural esparciendo mentiras acerca de nuestro pasado (como que la Edad Media fue una época miserable, que los antiguos eran unos papanatas o que la Iglesia es opresiva). Las tergiversaciones acerca de la Edad Media, la Ilustración y los últimos doscientos años sirven para crear la ilusión de un proceso invariable que sólo es posible si se abandona la tradición. Éste es el mito central que justifica la constante eliminación de nuestras tradiciones religiosas, intelectuales y morales.
Una vez desconectada nuestra cultura de Atenas, Roma y Jerusalén -una vez olvidados o ignorados Moisés, Platón y Jesucristo-, las tropas de lo políticamente correcto esperan poder llevar el barco de la cultura a nuevos puertos.
Debido a que lo políticamente correcto es un proyecto nihilista, su mensaje no siempre ha sido coherente. Shakespeare es a veces un reaccionario, a veces un homosexual que no salió del armario. Jesucristo es un hippie comprensivo o un predicador del odio. Pero algo sí ha tenido consistencia: todo lo que huela a Occidente es políticamente incorrecto y, por lo tanto, debe ser rechazado y condenado.
Para los que amamos nuestro mundo, ésta es una batalla desalentadora. Ellos tienen de su lado a los medios de comunicación, a las grandes universidades, las clases políticas y mucho más dinero. Afortunadamente, nosotros contamos con miles de años de historia y con poderosas armas: nombres como Aristóteles, San Agustín, Santa Teresa, Cervantes, Burke y Eliot.
Las ideas que hoy se ofrecen como revolucionarias e ilustradas no son nuevas. Durante miles de años, los grandes intelectos occidentales han estado luchando contra el relativismo, el ateísmo, el materialismo y la adoración de la política. Las grandes ideas sabrán resistir los embates tramados por el Ministerio de Igualdad de turno".

jueves, 25 de febrero de 2010

2º Trimestre: Aristóteles y su obra: Política, I, 2.

“Es evidente, pues, que la ciudad es por naturaleza y anterior al individuo, porque si el individuo separado no se basta a sí mismo será semejante a las demás partes en relación al todo, y el que no puede vivir en sociedad, o no necesita nada por su propia suficiencia, no es miembro de la ciudad, sino una bestia o un dios.
Es natural en todos la tendencia a una comunidad tal, pero el primero que lo estableció fue causa de los mayores bienes; porque así como el hombre perfecto es el mejor de los animales, apartado de la ley y la justicia es el peor de todos: la peor injusticia es la que tiene armas, y el hombre está naturalmente dotado de armas para servir a la prudencia y la virtud, pero puede usarlas para las cosas más opuestas. Por eso, sin virtud, es el más impío y salvaje de los animales, y el más lascivo y glotón. La justicia, en cambio, es cosa de la ciudad, ya que la Justicia es el orden de la comunidad civil, y consiste en el discernimiento de lo que es justo”