El autor de este libro es Raymond Aron, filósofo y sociólogo, dedicó su vida intelectual al gran periodismo político, a la enseñanza y a los estudios filosóficos.
Esta obra es una recopilación de las clases en la Sorbona durante el curso 1957-1958.
Veamos un fragmento de la misma:
"He sugerido que la politica no sólo designaba un sector parcial del conjunto social, sino también un aspecto que abarcaba toda la colectividad. De ser así, ello parece indicar que admitimos una especie de primacía de la política. Ahora bien este curso dedicado a la política sigue a uno sobre la economía y a otro sobre las clases sociales. ¿No resultará en consecuencia tal primacía contradictoria con el método
seguido hasta ahora?
En su tiempo partí de la oposición entre el pensamiento de Tocqueville y el de Marx. Tocqueville consideraba que el movimiento democrático arrastraba al conjunto de las sociedades modernas hacia la eliminación de distinciones de status y de condición entre los individuos. Este movimiento irresistible podía conducir, según él, a dos tipos de sociedades, una igualitaria y despótica y otra igualitaria y liberal.Tocqueville nos había dado un punto de partida y allí yo me había limitado a decir: veremos, tras estudiar el desarrollo de la sociedad industrial, en qué medida resulta más probable una u otra forma de sociedad.
Marx,a su vez, buscaba en las transformaciones de la economía la explicación de las sociales y políticas y pensaba que las sociedades capitalistas se veían afectadas por una serie de contradicciones fundamentales y que, por consiguiente, se encaminarían hacia una explosión revolucionaria tras la cual aparecería un régimen socialista en una sociedad homogénea, una sociedad sin clases. La organización política tendería a desaparecer, ya que el Estado, el ínstrumento de explotación de una clase por otra, se extinguiría al apagarse la distinción de clases.
De ningún modo supuse en las obras anteriores que las transformaciones de la economía determinaban necesariamente la estructura social o la organización política, pero sí quise someter a la prueba de la experiencia y de la crítica la hipótesis de tal determinación unilateral. Ello suponía un orden metodológíco y no se traducía, pues, en uno. doctrinal. Sin embargo, los resultados a los que había llegado, equivalían en cierto sentido, a negar la teoría que se habría podido desprender del que había adoptado.
Había empezado por la economía a fin de definir un cierto tipo de sociedad, la sociedad industrial, y dejado sin respuesta a la cuestión de si un cierto estado de desarrollo económico determinaba la relación entre las clases y la organízación polítíca. Ahora bien, gracias a los estudios realizados en el curso de los últimos años, he podido poner de relieve la primacía de los fenómenos políticos en cuanto a su relación con los económicos.
En efecto, en el origen de la sociedad industrial de tipo soviético, nos encontramos en primer lugar y ante todo con un acontecimiento, una revolución. La de 1917 ha tenido múltiples causas de las cuales algunas son de origen económico, pero ha contado también con un antecedente directo próximo, un hecho de orden político, y es perfectamente posible abundar en este adjetivo de político, puesto que según los mismos que hicieron la revolución, las condiciones de madurez económica no se habían realizado todavía.
Además, las características principales de la economía soviética se derivan, en parte al menos, del partido y de su ideología. No se puede comprender ni el tipo de planificación, ni la asignación de los recursos colectivos, ni el ritmo de crecimiento de la economía soviética, si no recordamos que todos estos fenómenos están influidos por la idea que los comunistas tienen de lo que debe ser una economía y de los fines que se proponen en todo momento: decisiones de orden político, en el sentido amplio de la palabra, puesto que se trata no solo del plan de acción de los dirigentes comunistas, sino el relativo a la organización de la colectividad.
Así pues la planificación de la economía soviética es el resultado de las decisiones adoptadas por los dirigentes del partido, unas decisiones tomadas en el sistema social particular que se denomina político. La economía sovétiva depende en grado sumo tanto del régimen politico de la URSS, como de los programas de acción de cada momento de los dirigentes del partido. Esta politización de la economía soviética, esta subordinación de su estructura y funcionamiento con respecto a consideraciones políticas, prueba que el sistema económico no se ve menos influido por el político que, a la inversa, éste por aquel."