domingo, 22 de diciembre de 2013

22º Comentario de Filosofía.



¿Antiglobalización?

La pregunta es: ¿se puede luchar de forma efectiva contra algo cuyos presupuestos se comparten? ¿Se puede luchar contra la globa­lización desde presupuestos mundialistas? Una contradicción esencial del movimiento antiglobalización, que el periodista italiano Marcello Veneziani (en su ensayo Derribemos el 68) pone de relieve al dirigirse a los «antiglobalizadores» del siguiente modo: «si criticáis la globaliza­ción en el nombre de una utopía cosmopolita e igualitaria, os situáis al amparo de esa misma globalización; si sois internacionalistas y anár­quicos, igualitario s y libertarios, estáis dentro '-de la globalización; si creéis -como Debord- en el cambio permanente, estáis dentro de sus dominios. Si perseguís el sueño de un mundo mejor -antes que defender la vida de un país real-, estáis bajo el manto de la globa­lización, en su versión más ilusa. Si creéis que es lo mismo nacer en Florencia que en Gabón, estáis sumidos en la globalización de pies a cabeza. Aquél que critica seriamente la globalización ama las diferen­cias de lugares, de pueblos, de culturas; ama las raíces y las tradiciones, ama la civilización y el idioma, las costumbres trasmitidas, la cultura clásica y la iglesia, venera la vejez y respeta la experiencia. Sólo trascien­de el horizonte global aquél que es vertical, y que redescubre el cielo y la tierra hasta internarse en los parajes de lo sagrados." 
Basta ya de falsas expectativas. Es preciso abandonar toda posible ilusión sobre una alternativa a la globalización neoliberal que pueda surgir de lo que, en Occidente, convencionalmente se conoce como «iz­quierda». La incapacidad de la izquierda para pensar en contra de la ló­gica globalizadora se pone muy bien de relieve en su coincidencia básica con los liberales al rechazar la idea de proteccionismo, Se entiende que la derecha liberal se muestre radicalmente en contra de lo que, al fin y alcabo, constituye un pecado mayor contra el dogma librecambista. Pero resulta un tanto llamativo que en Europa prácticamente toda la izquieda, -incluida la extrema izquierda- se muestre hostil ante una práctica que revertiría en la protección de los trabajadores europeos frente al - capital transnacional. La razón de fondo -señala Alain de Benoist- es , ideológica: esto chocaría contra sus convicciones mundialistas. 
En realidad es toda la Nueva clase, ya sea de derechas o de izquierda­, la que no cesa de bramar contra la amenaza proteccionista, dado que las simples palabras barrera, protección, regulación, son para ella sinónimo de repliegue y de nacionalismo, es decir de «xenofobia». Y  aquí se pone de manifiesto la insustancialidad última de esa extrema izquierda «antiglobalizadora» o «antisisterna» y de todas sus vociferaciones «anticapitalistas». Porque en lo básico, coincide con el sistema. Porque se adhiere a lo que constituye el verdadero obstáculo frente al proteccionismo: un estado de espíritu ideológico «liberal-libertario» -compuesto de narcisismo, individualismo, obsesión por el dinero y desprecio por el «pueblo». Ideología libertaria que tiene sus raíces últimas en la Ilustración y la ética protestante, y que al llevar el individualismo a su extremo pierde de vista los valores colectivos fundados sobre solidaridad, y asimila la felicidad a una idea de realización del individuo poco compatible con la vida en comunidad.
 Señala Enmanuel Todd que el ultra-individualismo no es una adhesión primordial a la economía de Mercado, al rechazo a las barreras aduaneras, sino una adhesión a la idea del individuo-rey absoluto, a la idea de que «está prohibido prohibir». Para Todd, «en el plano internacional el universalismoy el antirracismo tienen una relación directa con el dominio del librecambio. La idea de apertura, de superación de todas las diferencias conduce a eso». 
Alain de Benoist pone el dedo en la llaga al señalar que «ese individualismo es de hecho un individuo-universalismo, y el universalismo coincide con la idea de librecambio en la medida en  que se ordena a la idea de «un mundo sin fronteras», un mundo donde las naciones y los países serán inevitablemente superados." Frente al narcisismo individualista se trata de recuperar la capacidad de acción colectiva. Algo para lo que la derecha (entendida la palabra en su vieja acepción de derecha de valores) está filosóficamente mejor equipada que la izquierda. Es por ello que el único frente de rechazo auténtico y efectivo a la globalización se encuentra hoy, en Europa, en los llamados partidos populistas, y no en esa izquierda «antisistema» a medio camino entre la retórica retro y el activismo de diseño. (páginas 158-160 Disidencia Perfecta).


sábado, 14 de diciembre de 2013

Libro del mes(noviembre 2013): Disidencia Perfecta


Este libro de Rodrigo Agulló, licenciado en derecho y ciencias políticas, intenta mostrar que más allá de la división entre derechas e izquierdas se dibuja una nueva línea de fractura:  la que separa a los que están conformes con el actual orden de cosas de los que no lo están.
Veamos un fragmento:

"El esfuerzo de la Nueva derecha por construir un nuevo paradigma político podría en cierto modo interpretarse como un intento de sub­sanar ese gran «error histórico», y de unir lo mejor de la tradición histórica de la derecha a la contestación antiburguesa de esta época. Algo que en pleno siglo XXI, cuando la problemática que originariamente dio  lugar a la derecha y a la izquierda resulta cada vez más anacrónica, sólo puede conducir a nuevas síntesis.

Desde el comienzo de su aventura intelectual, la Nueva derecha reclamó bien a las claras su ambición: favorecer un diálogo con una nueva izquierda» liberada de los lastres dogmáticos de antaño. Una empresa ardua, ciertamente. Porque lo que hay enfrente es esa «izquier­da divina» de la que hablaba Jean Braudillard: una izquierda que se pretende «transparente, virtuosa y moral, representativa de los valores profundos, definitivos de la historia.
En primer término, llamar a la policía (del pensamiento). Desde que la izquierda mayoritaria abandonó sus ínfulas revolucionarias para adherirse al «capitalismo de la seducción» se abortó toda posibilidad de diálogo. Porque esta izquierda travestida sustituyó el debate de ideas por un moralismo histérico para lanzarse a una caza de brujas ante todo aquello que pueda traspasar los límites de lo que ella juzga permisible. A la mayor gloria del pensamiento único. Mucho tiene que ver en ello el confort intelectual y material de los que se saben detentadores de la ideología del Establishment: esa izquierda institucional amodorrada en un poder mediático-cultural que viene disfrutando desde hace dé­cadas, y que dispensa sermones desde el prisma llorón de la ideología de los derechos humanos, desde el encefalograma plano del buenismo. Son los nuevos devotos del orden moral, las nuevas ligas de la virtud, las nuevas mojigatas indignadas, las nuevas damas victorianas defenso­ras de la «decencia».

La campaña de denuncia contra la Nueva derecha en 1979 marcó el tono de todo lo que vendría a continuación: los linchamientos me­diáticos, las «llamadas a la vigilancia», las denuncias de «conspiraciones rojo-pardas» y todo un goteo constante de difamaciones más o menos folclóricas, cuyo examen detallado tendría más bien cabida en la pe­queña historia de esos «años de plomo» para la libertad de expresión:
Pero más allá de las agitaciones mediáticas, mayor interés para calibrar las pautas de desinformación que rodean a esta corriente de ideas tiene referirse a los enfoques con pretensiones académicas o «científicas».
Normalmente, éstos comienzan por proclamar que las descalifi­caciones sumarias son insuficientes para enfrentarse a la complejidad de un fenómeno que tiene un carácter sinuoso, escurridizo: «el grupo escapa siempre por cualquier lado a la definición que trate de dársele», «flexibilidad del discurso, agilidad de espíritu, cultura erudita, formas inéditas de militantismo son sin duda la obra de Alain de Benoist»." La labor del investigador universitario adquiere por tanto una pátina detectivesca: consiste en desbrozar las ramificaciones y escabrosidades del discurso para desenmascarar su verdadera faz y eventualmente des­activar sus perniciosos efectos.
La nota común más frecuente en estos estudios es recurrir a un enfoque básico: el juicio de intenciones. Esto es, atribuir a priori al de­nunciado una «intención oculta», a partir de la cual se juzga todo lo que haga o diga. Dicho de otra forma: «el inquisidor no demuestra el pecado, sino que sienta previamente la intención pecaminosa, y des­pués juzga el comportamiento en función de esa intención supuesta." Partiendo de una premisa tan simple se eligen los métodos adecuados para que el análisis conduzca, en secuencias lógicas, a la conclusión a la que se quiere llegar. Una técnica habitual es el uso selectivo de aquellos elementos del discurso neoderechista que se juzgan más adecuados para los fines perseguidos, dejando fuera el resto (técnica de «la parte por el todo» o recorte). Otro método socorrido es la mezcla de elementos de naturaleza distinta para llegar a la conclusión adecuada, generalmen­te a través de una culpabilidad por asociación (técnica de la amalgama). Algunos ejemplos.

El interés de la Nueva derecha (fundamentalmente en sus prime­ros años) por los temas relativos al «realismo biológico», la gen ética, la antropología física, la psicología hereditaria (Jensen y Eysenk) y la biología del comportamiento o etología (Konrad Lorenz) ponía el énfasis en el estudio de las desigualdades, tanto interindividuales como interétnicas. Pues bien, estos temas se identifican como el nú­cleo central de la propuesta teórica y se relega (técnica del recorte) la crítica radical que esta corriente de ideas hace de todo reduccionismo o determinismo biológico, al señalar que son la cultura y la libertad humanas los elementos que en última instancia son definitorios de la persona, y que la dignidad de la misma no está en función de sus características biológicas: Igualmente, se asocian estos temas (técni­ca de la amalgama) a algo diferente: una supuesta justificación del darwinismo social o la defensa de un «superhombre» nietzscheano entendido en un sentido biológico. Lo que inevitablemente desem­boca en la acusación de racismo.

Otro tanto cabe decir del interés por las civilizaciones indoeu­ropeas. La Nueva derecha realizó en los primeros años setenta todo un trabajo de divulgación de la obra de Georges Dumézil y de sus estudios sobre la ideología trifuncional en las antiguas sociedades indoeuropeas (es decir, las civilizaciones griegas, romanas, célticas, germánicas, bálticas, eslavas, iraníes, india) que se orientaba hacia una interpretación científica de la identidad cultural de Europa. Pues bien, obviando el hecho de que «los indoeuropeos» son un concepto lingüístico-cultural y no racial, esa temática se asoció a un supuesto interés por la «raza aria», ignorando tanto lo que realmente se decía como los terminantes posicionamientos de la Nueva derecha en con­tra de cualquier forma de racismo:

Otro método socorrido es la técnica del doble rasero. Un ejemplo concreto: la asimilación de Alain de Benoist a la extrema derecha en base a su interés por los autores de la «Revolución Conservadora» alemana del primer tercio del siglo xx. Este argumento parte de una falacia: la Revolución Conservadora fue uno de los fundamentos ideológicos del nacionalsocialismo. Algo difícil de sostener, dado que todo estudio detenido sobre el tema pone de relieve que la mayoría de esos autores contemplaron la ascensión nazi con recelo, y muchos de ellos optaron por el exilio interior o exterior, o fueron persegui­dos. El hecho de que en el ideario de derecha nacionalista de esos autores hubiese elementos de intersección con el nazismo no puede honestamente conducir a la identificación sumaria entre ambos fenó­menos, del mismo modo que tampoco puede identificarse a todo el socialismo democrático o a todo el marxismo por su matriz filosófica común con la ideología de Stalin, Mao o Pol Pot".

lunes, 2 de diciembre de 2013

Tema 7º: Lógica




Lógica Tradicional:

Existen 4 clases de juicios fundamentales, combinando  los criterios de cantidad (universal y particular) y los criterios de cualidad  (afirmativo y negativo).

Juicios universales afirmativos A: Todos los hombres son sabios

Juicios universales negativos E:    Ningún hombre es sabio

Juicios particulares afirmativos I: Algún hombre es sabio

Juicios particulares negativos O: Algún hombre no es sabio

Con estos juicios se pueden formar silogismos (silogismo significa reunión, cálculo).


 El silogismo es una argumentación en la cual de un antecedente que compara dos términos (término mayor predicado de la conclusión y término menor que es sujeto de la conclusión) con un tercero (término medio que se repite en las dos premisa pero nunca está en la conclusión), se infiere una consecuencia que une o separa estos dos términos.

Todo lo que está predeterminado es necesario  (premisa mayor)

Todo suceso está predeterminado  (premisa menor)

Todo suceso es necesario (conclusión)


El término mayor ( P):  necesario.

El término menor (S): suceso.

El término medio (M): predeterminado.

Como el término mayor siempre está en la premisa mayor y el término menor en la premisa menor, según la posición del término medio, tenemos cuatro figuras:

1ª figura:  M es P          2ª figura: P es M              3ª figura: M es P            4ª Figura: P es M

                  S es M                             S es M                                M es S                               M es S

                   S es P                             S es  P                                 S es  P                                S es  P

 

¿A qué figura pertenece nuestro ejemplo?

 

El silogismo tiene, a su vez, una serie de leyes, que son las siguientes:

 
1.- Un silogismo debe tener los tres términos (mayor, medio y menor).

2.-Lo términos no pueden tener significación más universal en la conclusión que en las premisas.

3.- El término medio no puede entrar nunca en la conclusión

4.-El término medio debe tomarse universalmente por lo menos en una de las premisas.

5.- de dos premisas negativas no puede sacarse conclusión alguna

6.-de dos premisas afirmativas no puede sacarse conclusión negativa

7.- La conclusión deberá seguir siempre la peor parte (si una premisa es negativa, deberá ser negativa y si una premisa es particular, deberá ser particular).

Con estas leyes y reglas, solo caben 19  modos legítimos de silogismos:

1ª figura: AAA;  EAE;  AII;  EIO.

2ª figura: EAE, AEE, EIO, AOO

3ª figura: AAI, EAO, IAI, AII, OAO, EIO

4ª figura: AAI,AEE,IAI, EAO, EIO.

 

Ejercicios:

1.- Identifica las premisas y conclusiones de los siguientes pasajes.

Pero sostienen, el hombre desea vivir en sociedad; por lo tanto, debe renunciar a una parte de su bien privado en pro del bien público.

2.- Cuál es el modo legítimo y la figura de este silogismo:

Ninguna persona sana tiene cáncer

Algunos españoles son personas sanas

Algunos españoles no tienen cáncer

1ª figura EIO

 
 

Lógica Proposicional:

Se llama proposición a todo enunciado del que puede decirse que es verdadero o falso.

En la lógica proposicional cada letra equivale a una proposición. Se designan con las letras del alfabeto a partir de la  p. Si tenemos que designar dos proposición es: p, q, si tenemos tres proposiciones: p, q, r, si tenemos cuatro: p, q,  r, s y así sucesivamente.

Las proposiciones pueden ser simples o de orden uno: El sol es una estrella y pueden ser compuestas o de orden dos, tres, cuatro…. (dependiendo del número de  proposiciones): Si Pablo es bueno, entonces será premiado.

Cuando se opera lógicamente con una proposición de orden uno, sólo caben estos dos valores: verdadero o falso. Se simbolizan así 1 o V cuando decimos que es verdadero y 0 ó F cuando es falsa.

(p): 1

(p): 0

Cuando se opera con proposiciones de orden dos, se simboliza así:

P          q

V          V

V          F

F         V

F         F

También podemos simbolizarlas así, como hemos dicho antes:

P          q

1          1

1          0

0         1

0         0

A partir de ahora, solo utilizaremos las letras V y F, para mayor claridad.

 

Tabla de la verdad: Es el método de evaluación que mediante la combinación de los valores de las proposiciones simples, nos permite indagar el valor de verdad de las proposiciones compuestas. Lo veremos a continuación.


Para unir proposiciones se utilizan los juntores:

1.- Proposiciones conjuntivas  (     ): Solo es verdadera cuando sus componentes son verdaderos. Así, su tabla de la verdad resultaría esta que escribimos a su derecha.

P          q                          p     q                

V          V                             V

V          F                              F

F         V                               F

F         F                                F

 

Napoleón fue nombrado emperador y acudió a revistar las tropas.

 

2.- Proposiciones disyuntivas (           ): Solo es falsa si son falsas las dos proposiciones que la integran.  Así, su tabla de la verdad resultaría esta que escribimos a su derecha.

 

P          q                          p     q                

V          V                             V

V          F                              V

F         V                               V

F         F                                F

 

Para saciar la sed puedes tomar agua o gaseosa.


3.- Proposiciones condicionales (           ): Solo es falsa cuando es verdadera la primera de las proposiciones integrantes y falsa la segunda. No es una inferencia. Así, su tabla de la verdad resultaría esta que escribimos a su derecha.

 

P          q                          p     q                

V          V                             V

V          F                              F

F         V                               V

F         F                                F

 

Como ayer era martes, hoy es miércoles

Si usted fuma, su salud no se resentirá

Si dos y dos son cinco, Londres es la capital de Inglaterra

Si tú eres capaz de entender esto, yo soy Napoleón.

 

 

4.- Proposiciones bicondicionales (             ): Solo es verdadera cuando son las dos proposiciones verdaderas o las dos falsas. Así, su tabla de la verdad resultaría esta que escribimos a su derecha.
 

P          q                          p     q                

V          V                             V

V          F                              F

F         V                               F

F         F                                V

 

El enfermo tiene meningitis si y solo si tiene la nuca agarrotada y vómitos amarillos.

 

Vamos a realizar una tabla de la verdad más compleja, con cuatro proposiciones.

 

 

Ejemplo: “Si el vehículo queda inmovilizado durante más de 48 horas y las reparaciones han de durar 8 hora o más, la compañía de seguros pone a disposición de los asegurados un billete de tren o uno de avión”

 

1º Paso: Realizamos la frase simbólicamente de acuerdo con las reglas de los juntores:

P     q        (r     s).

 

2º Paso: Ponemos a la izquierda la matriz de las proposiciones y se colocan los valores de verdad. La fórmula será 2    (2 los valores de verdad) (n, las letras):  total 16 combinaciones.

 

 3º Paso.-  Resolvemos la tabla de la verdad de los juntores secundarios o de menos amplitud. En este caso p      q     y     r      s.

 

4º Paso: Finalmente resolvemos el juntor de más amplitud y así finaliza la tabla de la verdad.

 

 

Ejemplo, en la página siguiente.

 

 

 

 

 

 
 

P       q         r       s                        p         q                            r         s               p       q             r       S               

V       V        V      V                             V                                        V                                    V

V       V        V      F                              V                                        V                                    V

V       V        F       V                              V                                        V                                    V

V       V        F       F                               V                                        F                                     F

V       F        V       V                               F                                        V                                     V

V       F        V       F                                F                                        V                                     V

V        F       F       V                                F                                        V                                      V              

V        F       F        F                                F                                        F                                      V                   

F         V      V        V                               F                                        V                                      V

F         V       V        F                               F                                       V                                       V

F         V       F        V                               F                                       V                                       V

F          V       F        F                               F                                       F                                       V

F           F      V        V                              F                                        V                                       V

F           F      V        F                               F                                        V                                       V

F           F       F       V                               F                                        V                                       V

F           F       F       F                                F                                        F                                       V