jueves, 14 de abril de 2011

Libro del mes (abril2011): La caza y los toros de Ortega y Gasset

José Ortega y Gasset, uno de los intelectuales más brillantes del siglo XX, sin ser aficionado, sí estudió con detenimiento lo que significa la Fiesta de los Toros y la trascendencia de este espectáculo taurino en la Historia de España. Participó en el mundo de los toros a través de su obra literaria y de sus intervenciones orales.
Veamos algunos fragmentos de su libro: “La caza y los toros”.

“ No puede comprender bien la Historia de España, desde 1650 hasta hoy, quien no se haya construido con rigurosa construcción la historia de las corridas de toros en el sentido estricto del término, no de la fiesta de los toros, que más o menos vagamente ha existido en la Península desde hace de tres milenios, sino lo que nosotros actualmente llamamos con este nombre.”

” La historia de las corridas de toros revela alguno de los secretos más recónditos de la vida nacional española durante tres siglos. Y no se trata de vagas apreciaciones, sino que otro modo no se puede definir con precisión la peculiar estructura social de nuestro pueblo durante esos siglos, estructura social que es, en muy importantes órdenes, estrictamente inversa de la normal en las otras grandes naciones de Europa “

“ No soy un aficionado a los toros. Después de mi adolescencia son contadísimas las corridas de toros a que he asistido; las estrictamente necesarias para poder hacerme cargo de cómo iban las cosas. En cambio he hecho con los toros, lo que no se había hecho: prestar mi atención con intelectual generosidad al hecho sorprendente, que son las corridas de toros, espectáculo que no tiene similitud con ningún otro, que ha resonado en todo el mundo y que, dentro de las dimensiones de la historia española en los dos últimos siglos, significa una realidad de primer orden.”

”Para un español la palabra "toro" no significa un concepto tan genérico como Bull para un inglés o Strer para un alemán. Me refiero a un español que lleve en las venas la tradición nacional. “... “Más para un español de cepa, toro no significa cualquier macho bovino, sino precisa y exclusivamente el macho bovino que tiene cuatro o cinco años y del que se reclama que posea tres virtudes: casta, poder y pies. Si no tiene cuatro años no es toro, es novillo o becerro. Si no posee, en una u otra dosis y combinación, aquellas tres virtudes, podrá llamarse toro, pero comprometiéndose a agregar malo-. será toro malo-. donde malo significa lo que cuando había duros de plata, llevaba a decir: ¡Hombre hoy me han dado un duro malo!, donde malo significa que, por haches o por erres, no era un duro. Esto le pasa a un toro que no posee ni casta, ni pies, ni poder “

“toro y torero excepto en la cogida,, no deja margen a la atención para percibir en su detalle la doble melodía de los movimientos que es cada suerte. De aquí que la doctrina expuesta por Domingo Ortega se nos presenta con cierto aire de teorema geométrico. todo lo demás es geometría ó cinemática”. En la lidia todo es rápido y dramático y nos sobrecoge. Toro y toreo son dos sistemas de puntos que han de variar en correlación el uno con el otro.”

“Es extraño que no se haya compuesto nunca una geometría y cinemática taurina, cuando todo el que ha querido explicar una suerte ha tenido que tomar el lápiz de dibujar líneas que simbolizan movimientos”.
” Toro y torero constituyen lo que los matemáticos llaman grupo de transformaciones geométricas. Es sabido que la geometría reclama en sus cultivadores una peculiarísima dote nativa para la intuición de las relaciones espaciales, ello acontece también en la geometría del toreo En la terminología taurina en lugar de espacios y sistemas de puntos, se habla de terrenos y esta intuición de los terrenos- toro y torero- es el don congénito y básico que el gran torero trae al mundo. Merced a él, sabe estar siempre en su sitio, porque ha anticipado infaliblemente el sitio que va a ocupar el animal. Todo lo demás, aún siendo importante es secundario: valor, gracia, agilidad de músculo. El esfuerzo y un continuado ejercicio permiten que quien carece de ese don llegue a aprender algunos rudimentos de la ciencia de los terrenos y consiga realizar, sin ser atropellado algunas suertes gruesas como los capotazos de los peones. Pero el toreo auténtico y pleno, presupone ineludiblemente aquella extraña inspiración cinemática que es, a mi juicio, el más substantivo talento del gran torero. Por eso la excelencia de éste, aparece inmediatamente desde sus primeras actuaciones. Tampoco el torero se hace, sino se nace..

-. Para Ortega y Gasset:” La embestida del toro no es ciega, sino dirigible por parte del torero.”.”El toro es el animal que embiste, y su furia no es ciega, como la del hombre -que lo deshumaniza-, sino reflejo de su propia pujanza vital”. “La embestida del toro se dirige siempre al objeto que la provoca: el engaño que exhibe el torero “.